La película comienza, pero la cabeza me da vueltas y el zumbido en mi cabeza es tan fuerte que creo que me voy a desmayar. La oscuridad de la sala y los reflejos de la pantalla me llevan a otros lugares y recuerdos cada siete segundos. Cada mil. Es imposible concentrarse, mi mente es de agua y luego me besas, el sabor de cigarro y marihuana de tu lengua es lo más repulsivo y delicioso que existe. Nos gritan que nos callemos, ¡carajo!, pero en la oscuridad tus ojos azules brillan. Y no podemos parar de reír...
(Pausa)
...El olor es natural y penetrante y observamos el techo en la oscuridad.
"¡Coges como un volcán...!", dices. Una luz húmeda se cuela por la ventana y apenas sospecho tus ojos azules. Otro azul. Otra profundidad. Todo me grita que TENGO QUE SALIR DE AQUÍ, pero sigo diciéndote todo lo que quieres escuchar. Necesito tu cuerpo y tú estás perdida también. Rodeado de ese olor salado que años más tarde me causará dolor porque me hará recordarte. En esos últimos días antes de nuestro cambio de vida. Antes que pasemos al otro lado de la felicidad.
- ¿Cómo haces para hacerme sentir así?
No contesto. Mi cuerpo está aquí, pero mi mente está en veranos de otros tiempos, en otros lugares.
Recorro tu talle. Vuelves a hablar. "¿Por qué no dices nada?", "¿qué puedo hacer para que te sientas mejor?".
Casi me carcajeo. Pero tomo un aire solemne y contesto la pendejada más absurda que se me ocurre.
- Bésame. Ayúdame a borrar cosas que nunca debí sentir.
Pero tú sí te carcajeas, y de súbito me siento completamente perdido.
- El olvido es mi especialidad.- dices.
Y me besas.
martes, diciembre 30, 2008
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